Autores: David Manrique Vergara1 y Lorena Keller2 

1 Licenciado en Farmacia. Cofundador de ELiE Health Solutions S.L. (Spain). Miembro de GIEMyN (Grupo Iberoamericano de Estudio del Microbioma y la Nutrición) 

2 Bioquímica, Magíster en Microbiota. Representante científica en Argentina de Pronacera Therapeutics, Sevilla, España. Responsable del área Microbioma Humano en Laboratorio Fares Taie, Argentina. Miembro de GIEMyN (Grupo Iberoamericano de Estudio del Microbioma y la Nutrición) 

Correspondencia: David Manrique dmvmanrique@gmail.com  

RESUMEN 

Introducción: El butirato, principal ácido graso de cadena corta (AGCC) producido en el colon por fermentación de fibras dietéticas, desempeña funciones esenciales en la homeostasis intestinal y en la modulación inmunometabólica. En situaciones clínicas que alteran la microbiota intestinal o limitan el aporte de fibra, la suplementación oral con butirato surge como una estrategia complementaria. 

Objetivo: Revisar la evidencia disponible sobre la suplementación oral con butirato en patologías intestinales y extraintestinales, analizando resultados clínicos, formulaciones y perspectivas terapéuticas. 

Métodos: Se realizó una revisión narrativa de ensayos clínicos publicados en humanos que evaluaron suplementos de butirato, incluyendo diferentes formas farmacéuticas (sales, microencapsulados, triglicéridos). Se consideraron estudios en enfermedad inflamatoria intestinal (EII), síndrome de intestino irritable (SII), estreñimiento, diverticulosis y patologías extraintestinales como obesidad, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), hipertensión y artritis reumatoide. 

Resultados: La suplementación con butirato en patologías intestinales mostró beneficios en reducción de síntomas, mejora de la mucosa y disminución de episodios de diverticulitis, con buena tolerabilidad y seguridad. En colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn, se observaron efectos positivos como complemento a tratamientos convencionales. En patologías extraintestinales, los ensayos sugieren beneficios en obesidad pediátrica, EPOC y artritis reumatoide, aunque los resultados son heterogéneos y limitados por el número reducido de participantes y la variabilidad en las dosis. 

Conclusión: El butirato oral es seguro y potencialmente eficaz en diversas condiciones clínicas, pero se requieren estudios más amplios y estandarizados para definir indicaciones, dosis y formulaciones óptimas. 

Palabras clave: Butirato, ácidos grasos de cadena corta, microbiota intestinal, suplementación oral, enfermedad inflamatoria intestinal. 

ABSTRACT 

Oral Butyrate Supplementation in Intestinal and Extra-Intestinal Disorders: A Narrative Review of Clinical Evidence 

 
Background: Butyrate, a key short-chain fatty acid (SCFA) produced by colonic fermentation of dietary fibers, plays a crucial role in gut homeostasis, epithelial integrity, and immune modulation. In clinical settings where fiber intake or microbiota function is compromised, oral butyrate supplementation has emerged as a potential therapeutic strategy. 

Objective: To review current clinical evidence on oral butyrate supplementation in intestinal and extra-intestinal disorders, focusing on efficacy, safety, and future perspectives. 

Methods: A narrative review was conducted including clinical trials in humans assessing oral butyrate or its derivatives (salts, microencapsulated forms, and triglycerides) in inflammatory bowel disease (IBD), irritable bowel syndrome (IBS), functional constipation, diverticulosis, pediatric obesity, chronic obstructive pulmonary disease (COPD), hypertension, and rheumatoid arthritis. 

Results: In IBD, oral butyrate showed clinical improvement and mucosal healing as an adjunct therapy. In IBS and functional constipation, supplementation significantly reduced abdominal pain and improved bowel habits. In diverticulosis, it decreased diverticulitis episodes. Extra-intestinal applications, such as pediatric obesity and COPD, demonstrated metabolic and functional benefits, while no significant effect was observed on blood pressure in hypertensive patients. Butyrate supplementation was safe and well tolerated in all studies reviewed. 

Conclusions: Oral butyrate represents a promising and safe complementary approach for several clinical conditions. However, heterogeneity in dosing, formulation, and study design warrants further large-scale, standardized trials to establish optimal therapeutic use. 

Keywords: Butyrate, short-chain fatty acids, oral supplementation, gut microbiota, inflammatory bowel disease. 

INTRODUCCIÓN 

Los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) son metabolitos generados en el colon a partir de la fermentación de fibras dietéticas por la microbiota intestinal, destacando entre ellos el acetato, propionato y butirato (1). ​​​​Este último constituye la principal fuente energética de los colonocitos, favoreciendo la integridad de la mucosa intestinal y regulando la permeabilidad epitelial, la respuesta inmunitaria y la inflamación local (2,3). En cuanto a los efectos del butirato sobre la mucosa colónica, se han identificado principalmente los siguientes: inhibición de la inflamación y la carcinogénesis, refuerzo de varios componentes de la barrera de defensa del colon y disminución del estrés oxidativo. También se ha encontrado que el butirato actúa en la inhibición de la activación del factor nuclear kappa B y la desacetilación de histonas (4). 

La producción endógena de butirato depende de la disponibilidad de sustratos fermentables, como el almidón resistente, los fructooligosacáridos, la inulina y las pectinas, presentes en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres. Estudios recientes han evidenciado que determinados prebióticos y fibras específicas pueden modular la abundancia de bacterias productoras de butirato, como Faecalibacterium prausnitzii, cuya disminución se asocia a enfermedades inflamatorias intestinales (5). En condiciones clínicas que alteran la microbiota (antibióticos, quimioterapia, radioterapia) o limitan el aporte de fibra (dietas restrictivas), la producción endógena de butirato puede verse comprometida (6-8). En este contexto, la suplementación oral con butirato surge como una estrategia complementaria para preservar la homeostasis intestinal.  

En la Figura 1 se muestran varios enfoques dietéticos para incrementar el butirato intestinal y principales acciones del mismo: control de la permeabilidad intestinal, inmunomodulación, cambios en la microbiota intestinal.  

Figura 1. ​​​​Estrategias para mejorar la producción de butirato intestinal y sus principales acciones a nivel intestinal. Fuente: imagen elaborada a partir de la web de ELiE Health Solutions 

Más allá del tracto digestivo, se ha propuesto que el butirato podría desempeñar un papel en patologías extraintestinales relacionadas con inflamación sistémica, disbiosis y permeabilidad intestinal aumentada, como la obesidad, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la artritis reumatoide (10, 20-24). 

El presente trabajo revisa la evidencia clínica sobre la suplementación oral con butirato en diferentes patologías, sus mecanismos propuestos y los desafíos pendientes para su implementación terapéutica. 

OBJETIVOS 

Revisar la evidencia clínica disponible sobre el uso de suplementos nutricionales de butirato en: 

  1. Patologías intestinales: enfermedad inflamatoria intestinal, síndrome de intestino irritable, estreñimiento funcional y diverticulosis. 
  1. Patologías extraintestinales: obesidad pediátrica, EPOC, hipertensión arterial y artritis reumatoide. 

MATERIALES Y MÉTODOS 

​​​​​​​Se realizó una revisión narrativa basada en ensayos clínicos en humanos publicados en bases de datos biomédicas. Se incluyeron estudios que evaluaron la suplementación oral con butirato, en forma de sales (principalmente butirato de sodio y calcio), microencapsulados o como triglicérido (tributirina). Tabla 1. 

La búsqueda bibliográfica se llevó a cabo en las bases de datos Medline (PubMed) y SciELO. La estrategia se construyó a partir de los términos ácido butíricobutirato y tributirina. Se consideraron artículos en español e inglés, sin restricción de fecha de inicio, hasta mayo de 2025. Los criterios de inclusión contemplaron ensayos clínicos en humanos con administración oral de butirato o sus derivados, en el contexto de patologías intestinales o extraintestinales. Se excluyeron estudios realizados en animales, modelos in vitro y aquellos con suplementación combinada en los que no era posible atribuir los efectos específicamente al butirato. Entre las variables analizadas se incluyeron la dosis administrada, la duración del tratamiento, la tolerabilidad, los efectos sobre la sintomatología y los cambios en biomarcadores. 

RESULTADOS 

1. Patologías intestinales 

Enfermedad inflamatoria intestinal. En enfermedad de Crohn leve a moderada, la administración de 4 g/día de butirato durante 8 semanas mejoró parámetros clínicos (11). En colitis ulcerosa, la suplementación con butirato asociada a inulina o como formulación microencapsulada mostró reducción de la actividad clínica, mejoría endoscópica y disminución de biomarcadores inflamatorios en ensayos recientes (12-14). 

Síndrome de intestino irritable. En un ensayo aleatorizado, 66 pacientes recibieron 300 mg/día de butirato durante 4 semanas, observándose reducción significativa del dolor abdominal frente a placebo (15). 

Constipación funcional. Estudios en pacientes con estreñimiento funcional evidenciaron mejoras sintomáticas con butirato (16). 

Diverticulosis. La suplementación redujo la incidencia de episodios de diverticulitis en un seguimiento de 12 meses (17). 

2. Patologías extraintestinales 

Obesidad pediátrica. Un ensayo en niños de 5 a 17 años con un índice de masa corporal (IMC) superior al percentil 95 mostró que el butirato redujo marcadores inflamatorios y mejoró parámetros metabólicos (20). 

​​​EPOC y sarcopenia. La administración de 300 mg/día durante 12 semanas mejoró masa muscular y parámetros funcionales en pacientes con EPOC (21). 

Hipertensión. Un ensayo aleatorizado en 23 pacientes hipertensos no evidenció efecto del butirato sobre la presión arterial (9,22). 

Artritis reumatoidea. Dos estudios recientes reportaron reducción de la actividad clínica y modulación del microbioma con la suplementación de butirato como coadyuvante del metotrexato (23, 24). 

En cuanto a la tolerabilidad y seguridad, en todos los ensayos revisados, el butirato fue bien tolerado y no se reportaron efectos adversos graves. 

DISCUSIÓN 

La suplementación oral con butirato se perfila como una herramienta dietética prometedora en la modulación de la inflamación intestinal y en la preservación de la integridad epitelial. En EII, la evidencia disponible, aunque limitada, sugiere beneficios clínicos al complementar terapias convencionales. No obstante, la heterogeneidad en dosis, duración y formulaciones dificulta la estandarización de recomendaciones. En patologías funcionales como SII y estreñimiento, los resultados son consistentes en la mejora de síntomas, lo que refuerza el papel del butirato como modulador del eje intestino-cerebro. 

En el ámbito extraintestinal, los ensayos en obesidad pediátrica y EPOC son alentadores, mientras que en hipertensión los resultados son negativos, lo que subraya la necesidad de estudios más amplios para definir indicaciones concretas. 

Las principales limitaciones identificadas en esta revisión incluyen el reducido número de estudios y participantes, la heterogeneidad en las formulaciones utilizadas (sales, microencapsulados y tributirina), así como la ausencia de ensayos a largo plazo y de evaluaciones de costo-efectividad. Los ensayos clínicos disponibles muestran una notable variabilidad en relación con la dosis administrada (300 mg/día a 4 g/día), la formulación empleada y la duración de la intervención (4 semanas a 12 meses). Esta diversidad metodológica limita la posibilidad de establecer recomendaciones estandarizadas. 

Las perspectivas futuras incluyen ensayos multicéntricos con protocolos homogéneos, estudios para evaluar la interacción entre microbiota, metabolitos y respuesta clínica, y el desarrollo de formulaciones con liberación controlada y mayor biodisponibilidad por parte de la industria. 

CONCLUSIONES 

El butirato oral representa una estrategia terapéutica complementaria, con un perfil de seguridad favorable y resultados preliminares alentadores en patologías intestinales y extraintestinales. Sin embargo, la evidencia disponible aún es insuficiente para definir con precisión la dosis, la duración óptima del tratamiento y los criterios de selección de pacientes. Para establecer su verdadero potencial clínico, se requieren ensayos multicéntricos, con diseños metodológicamente sólidos, poblaciones más amplias y protocolos homogéneos que permitan generar recomendaciones basadas en evidencia robusta. 

Tabla 1. Ensayos analizados  

Patología / Contexto Diseño N (pacientes) Intervención Duración Resultados principales Referencia 
Enfermedad de Crohn Ensayo abierto 13 4 g/día (2 g cada 12 h) butirato oral 8 semanas Mejoría clínica significativa (11) 
Colitis ulcerosa leve-moderada Ensayo abierto 20 900 mg butirato + 250 mg inulina NR Mejoría sintomática y endoscópica (12) 
Colitis ulcerosa activa ECA doble ciego 36 600 mg/kg/día butirato sódico 12 semanas Reducción de inflamación y biomarcadores (13) 
Colitis ulcerosa leve-moderada ECA multicéntrico 100 600 mg/día butirato microencapsulado 8 semanas Remisión clínica y mejoría endoscópica (14) 
SII ECA 66 300 mg/día butirato 4 semanas Disminución del dolor abdominal (15) 
Estreñimiento funcional ECA 57 300 mg/día butirato (150 mg c/12 h) 12 semanas Reducción de la incidencia de estreñimiento (16) 
Diverticulosis ECA 73 300 mg/día butirato sódico 12 meses Disminución de episodios de diverticulitis (17) 
Pacientes críticos (tributirina) Ensayo clínico NR Fórmulas enterales con tributirina NR Mejora en tolerancia GI y reducción de complicaciones (18,19) 
Obesidad pediátrica ECA cuádruple ciego 54 20 mg/kg/día butirato sódico 6 meses Reducción de inflamación y parámetros metabólicos (20) 
EPOC (sarcopenia) ECA doble ciego 131 300 mg/día butirato 12 semanas Mejora de fuerza muscular y parámetros funcionales (21) 
Hipertensión ECA doble ciego 23 Cápsulas de butirato sódico NR Sin cambios significativos en presión arterial (22) 
Artritis reumatoidea ECA + estudio combinado 30 1 g butirato TID + metotrexato 4 meses Reducción de actividad clínica y modulación del microbioma (23,24) 

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